Imagina que tu vida es como un jardín, un espacio en el que florecen hermosas plantas que representan todo aquello que valoras y disfrutas. Son esas flores que te llenan de energía, que cuidas con cariño y que quieres ver crecer. Pero, como en todo jardín, también hay plantas que no te gustan, esas que simbolizan momentos difíciles, situaciones del pasado o circunstancias que, por mucho que intentes arrancar, vuelven a aparecer. Son parte del paisaje, y aunque no puedas cambiarlas, puedes decidir cómo relacionarte con ellas.

Podrías pasar todo el día tratando de eliminar esas plantas que no quieres en tu jardín, pero su raíz es profunda y persistente. La alternativa es aceptarlas como parte del terreno y enfocar tu energía en lo que realmente importa: cuidar y hacer florecer aquello que valoras.

En esta actividad, aprenderemos a identificar esas plantas inevitables, a convivir con ellas sin que absorban nuestra energía, y sobre todo, a centrar nuestro cuidado en lo que realmente queremos ver florecer.

¿Cómo funciona la actividad?
1️⃣ Arrastra al jardín las flores que representan lo que valoras: Asigna un porcentaje de tiempo que les dedicas en tu día a día, según la atención y cuidado que les brindas.
2️⃣ Coloca los cactus en su lugar: Los cactus simbolizan aquellas partes de tu vida que no te gustan y no puedes cambiar. Arrástralos a la zona destinada para ellos y asigna el tiempo que les dedicas.
3️⃣ Añade nuevas “plantas” si lo necesitas: Si no encuentras alguna representación, puedes crearla fácilmente pulsando en “Añadir nueva caja”.

¿Qué descubrirás al finalizar?
Podrás visualizar, de un solo vistazo, cuánto tiempo dedicas a cortar “malas hierbas” y cuánto a cuidar lo que realmente quieres ver florecer. Recuerda: el tiempo que inviertes en arrancar esas malas hierbas es tiempo que dejas de dedicar a tus flores. Aprender a aceptar su presencia y redirigir tu energía hacia lo que valoras te permitirá cultivar un jardín más armonioso y lleno de vida.

🌺 “La clave no está en eliminar todas las malas hierbas, sino en aprender a convivir con ellas y centrar tu cuidado en lo que realmente quieres ver crecer.”