Existen numerosos artículos sobre los narcisistas, pero esta vez, prestaremos atención a las personas que los rodean.
¿Te imaginas a un hipopótamo con uno o varios pájaros posados en su lomo? El narcisista es el hipopótamo y los pájaros son personas que tienen la necesidad de estar cerca de ellos para así ganar en seguridad y autoestima.
Las personas narcisistas se caracterizan por tener un gran complejo de inferioridad que intentan compensar mediante su necesidad de sentirse superiores a los demás, por ello necesitan escuchar constantemente lo increíbles que son. Esto lo consiguen rodeándose de dos tipos de personas: “hipopótamos y pajarillos”.
Analicemos cada uno de estos perfiles:
“Hipopótamos”: personas que el narcisista considera como iguales, personas que les hacen sentir poderosos y exitosos, ya sea por su posición social, su riqueza o sus logros. Si observas a las personas que el narcisista considera a su altura y analizas qué tienen todos en común, podrás saber cuáles son los mayores complejos del narcisista.
“Pajarillos”: los pajarillos son personas que el narcisista considera inferiores a él, pero a los que “honra con su presencia” porque le halagan constantemente, con lo que el narcisista siente reconocida su gran valía. Por lo general, son personas buenas pero con una autoestima muy baja, que piensan que al estar cerca de alguien que critica continuamente a otros estarán libres de ser juzgados, aunque tú y yo sabemos que esto no es cierto porque el narcisista siempre critica a todo el que considera inferior. Esto se debe a que necesitan sentirse superiores a los demás y para ello tienen que demostrar que los demás no son tan buenos como ellos. Así que misterio resuelto, este es el motivo por el que personas buenas se refugian bajo el amparo de un narcisista y se convierten en lo mismo que sus protectores.
Si no estás dispuesto a halagar a un narcisista, la mejor opción es ignorarlo por completo. Si te involucras en su juego, él se sentirá importante y creerá que merece tu atención, aunque solo sea para criticarlo. Sin embargo, si lo ignoras por completo, no podrá soportarlo y te considerará su enemigo número uno.
Solo me queda felicitarte. La decisión de ignorar al narcisista te permitirá unirte al club de personas que saben valorar a los demás por lo que son, sin condiciones ni comparaciones, personas que buscan ser la mejor versión de sí mismas, que saben amar y ayudar a otros a brillar sin juzgarlos, personas que eligen rodearse de aquellos que comparten sus valores y no temen admitir su ignorancia para seguir aprendiendo.
Así que felicidades si ya tienes a un narcisista que te odia.