Aprender a sufrir emocionalmente nos permitirá enfrentar los momentos difíciles de la vida de manera más saludable y constructiva. El sufrimiento nos ayuda a conocer nuestras fortalezas y prioridades, mantener una perspectiva realista, desarrollar empatía hacia los demás en sus luchas y dificultades y apreciar y valorar los momentos de felicidad.
En mi día a día como psicóloga tengo la oportunidad de conocer a personas extraordinarias. Hace poco trabajé con un joven inteligente, educado y muy amable. En nuestras largas conversaciones, ambos aprendemos y es que como dijo Carl Jung:
“El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción ambas se transforman”
Estoy segura de que este joven dirigirá su vida hacia sus objetivos y gestionará las circunstancias que le ocurran consiguiendo así ser más funcional en su día a día. Pues bien, una tarde de mayo que estábamos hablando, me comentó una reflexión a la que había llegado; una reflexión qué me pareció sencilla y a la vez reveladora. Me dijo: “Saber sufrir también es importante”. ¡Qué frase más corta y más llena de verdad! Nos empeñamos en ser felices a toda costa y si no es así creamos una felicidad impostada y es que, si no soy feliz, al menos que los otros no se den cuenta. Buscamos información relacionada con la búsqueda de la felicidad, pero nunca nos preparamos para saber cómo sufrir. Los momentos de dolor también van a llegar y no es descabellado pensar que, si sabemos cómo encajar esos periodos duros de nuestra vida, atravesaremos ese valle de lágrimas de la mejor forma. Vivimos de espaldas al dolor y al sufrimiento y esto nos hace tremendamente desdichados. Huyendo del dolor sufrimos doblemente.
En la actualidad buscamos patologías en hechos naturales del transcurso de la vida. Alguien que está pasando un duelo es normal que se sienta triste, pero nosotros rápidamente decimos que está deprimido. Igual que hay día y noche, luz y oscuridad, sol y lluvia, la vida se compone de momentos buenos y momentos malos. Es contraproducente que, ante un momento de tristeza miremos hacia otro lado y evitemos ese sentimiento. Tan importante es buscar la felicidad como saber lidiar con el sufrimiento. Tal y como el viento viene y va, los momentos dolorosos también pasarán.
Si te ves desbordado en situaciones difíciles de tu vida, siempre puedes acudir a un profesional de la psicología que te proporcionará herramientas para que aprendas a gestionar tu sufrimiento. Ya no tendrás que seguir huyendo porque sabrás cómo lidiar con el dolor. Tras cada momento de sufrimiento en tu vida que aprendas a gestionar adecuadamente, irás creando “musculatura emocional”, te sentirás fuerte para encajar el dolor y valioso para disfrutar de los momentos de felicidad.