La super empatía. No cometas este error.

La empatía es una habilidad de incalculable valor en nuestras relaciones y en nuestra vida diaria. Nos permite conectar con los demás y comprender sus emociones. Es una capacidad que nos ha ayudado a sobrevivir y prosperar como especie social. Sin embargo, hay una cara menos conocida de la empatía que puede ser perjudicial: la súper empatía. La empatía se puede convertir en una trampa cuando no se utiliza en conjunto con la asertividad. Necesitamos encontrar el equilibrio entre ayudar a otros y cuidar de nosotros mismos. 

 

La empatía nos permite ponernos en el lugar del otro, sentir sus emociones y responder de manera compasiva. En un mundo donde las conexiones interpersonales son fundamentales, la empatía actúa como el pegamento que nos une.

Sin embargo, cuando la empatía se lleva al extremo, puede convertirse en súper empatía, un estado en el que nos sentimos abrumados por las emociones y necesidades de los demás, hasta el punto de descuidar nuestras propias necesidades. Esta sobrecarga emocional puede tener consecuencias negativas para nuestro bienestar mental y físico.

Es esencial recordar que cuidarnos a nosotros mismos es tan importante como cuidar de los demás. La súper empatía puede llevarnos a poner constantemente las necesidades de los otros por delante de las nuestras, lo que puede resultar en agotamiento, estrés y resentimiento. Necesitamos establecer límites saludables y ser conscientes de nuestras propias necesidades.

Empatía y Asertividad: Un Dúo Esencial

Para evitar caer en la trampa de la súper empatía, es vital combinar la empatía con la asertividad. La asertividad nos permite expresar nuestras necesidades y deseos de manera clara y respetuosa, sin menospreciar los sentimientos de los demás. Cuando alguien nos pide un favor, en lugar de reaccionar automáticamente, debemos considerar lo que esa solicitud significa para nosotros. ¿Podemos cumplirla sin sacrificar nuestro propio bienestar? ¿Es posible posponerla para un momento más conveniente?

Decir No: Un Acto de Autocuidado

Decir “no” o “no en este momento” es un acto de autocuidado y no debe ser visto como un rechazo a la persona que pide ayuda. A veces, un “no” temporal puede ser más beneficioso para ambas partes, ya que nos permite ayudar de una manera que no comprometa nuestra salud emocional o física.

 

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